domingo, 10 de febrero de 2008

Licenciados cada vez más baratos. Un subempleo creciente.

Un estudio destapa la caída de los salarios que cobran los titulados universitarios

SONIA VIZOSO - Santiago - 11/02/2008. El País.

La Universidad forma mano de obra cada vez más barata. Los titulados universitarios, sean ingenieros, maestros, economistas o educadores sociales, cobran cada año que pasa salarios más bajos y firman un mayor número de contratos temporales.

Los datos concretos los aporta un estudio de la Universidad de A Coruña. Entre 2000 y 2006, el porcentaje de recién licenciados que ingresaron más de 1.200 euros mensuales en su primer empleo descendió del 41% al 29% y el de aquellos que se estrenaron como trabajadores eventuales, becarios o en prácticas creció del 75% al 85%.

El estudio confirma la caída de los salarios universitarios incluso entre los habituales privilegiados del mundo laboral. El 67% de los arquitectos e ingenieros superiores que se graduaron en 2006 logró un primer empleo con un sueldo superior a 1.200 euros, mientras que una nómina así era la que percibía por su trabajo el 86% de estos técnicos apenas seis años antes. En este tiempo, el número de titulados en Empresariales y Derecho que reciben ese dinero en su estreno como asalariados ha pasado del 55% al 35%.

El empobrecimiento económico de los titulados universitarios es una de las conclusiones del seguimiento realizado por la Universidad coruñesa a sus licenciados desde el curso 1999- 2000. La institución gallega lleva varios años tras la pista de sus estudiantes con el objetivo de valorar, a través de encuestas personales, cómo es su carrera profesional y su grado de satisfacción con la formación recibida en el campus. Los resultados de este trabajo son un avance de los puntos débiles que presenta el sistema universitario español ante la reforma europea, que condicionará la homologación de los títulos y la financiación de las escuelas y facultades a parámetros como el éxito laboral de sus ex alumnos.

La directora del estudio, la profesora María Jesús Freire, afirma que esta caída de los salarios de los licenciados es extrapolable a toda España. Las cantidades que cobran en su primer empleo varían en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, pero no mucho. La responsable del Observatorio Ocupacional de A Coruña explica que en estas urbes los universitarios se ven obligados a completar sus salarios con trabajos extra para hacer frente a la carestía de la vida.

Los informes, realizados en una universidad con una tasa de inserción laboral de titulados dos puntos por encima de la media española, dibujan perfiles muy diferentes en virtud de la carrera escogida. Los ingenieros y arquitectos, tanto los superiores como los técnicos, encuentran trabajo antes de que se cumplan tres meses del fin de sus estudios, son los que más cobran (el 59% de la promoción de 2006 logró una primera nómina de más de 1.200 euros) y confiesan que lo aprendido en clase les ha servido para cumplir con las obligaciones de su puesto.

Los titulados en estudios de letras, en Sociología y en Psicopedagogía son los que más sufren en el mercado laboral. Sólo un 57% de estos licenciados logran un empleo a los seis meses de salir de la universidad, frente al 92% de los ingenieros y arquitectos o al 76% de los graduados en Económicas, Empresariales y Derecho. La mayoría (57%) no llega siquiera a mileuristas y su insatisfacción con la vida laboral queda patente en un dato: el 70% de los que trabajan está buscando otro empleo, un porcentaje de descontento que en las carreras técnicas cae al 35%.

Las exhaustivas encuestas realizadas entre los universitarios coruñeses también desvelan peculiaridades laborales entre los titulados en carreras de ciencias y en las de Ciencias de la Salud. Tal y como explica la profesora María Jesús Freire, los licenciados en estudios como Química o Biología tardan más tiempo que los ingenieros o arquitectos en firmar su primer contrato y además cobran menos. Sin embargo, una vez empiezan a trabajar ven su futuro profesional con un optimismo inusual en sus compañeros de letras. Quienes cursaron carreras como Enfermería, Fisioterapia o Podología se muestran satisfechos con su formación y encuentran pronto empleo, pero, al ser encuestados dos años después de licenciarse, confiesan sentirse decepcionados por los bajos sueldos, los turnos agotadores y sus inestables condiciones laborales.

Este año, el Observatorio Ocupacional de A Coruña ha ampliado sus encuestas a los empresarios para comprobar si las carencias que notan los licenciados en su formación coinciden con las que perciben sus jefes. Las primeras conclusiones revelan las quejas de los patrones con la preparación de los titulados en letras, los más perjudicados por el mercado laboral. Según sus valoraciones, estos graduados tienen lagunas en informática e idiomas y desconocen el funcionamiento de una empresa y el papel que juegan en ella. La investigación vaticina los grandes cambios que tendrán que afrontar estos estudios en los próximos años.

Las mujeres, las más castigadas

Las licenciadas tienen las de perder frente a sus compañeros de promoción aunque sean mayoría, se formen más y muestren unas "actitudes protrabajo más intensas que las de los hombres".

El seguimiento realizado por la Universidad de A Coruña a sus titulados desde 2000 hasta 2006 revela que son las universitarias las que más preparación adquieren fuera de las facultades y escuelas. El 5,1% de las tituladas en 2006 tenían una formación adicional en idiomas y el 3,7%, en informática; unos porcentajes que, en el caso de los hombres, sólo alcanzaban el 1,25% y el 3,06%, respectivamente. De poco les vale a las mujeres. Para ilustrar la diferencia de salarios entre los dos sexos, basta un dato: un 38% de los diplomados masculinos entre 2004 y 2006 en Empresariales, Turismo y Relaciones Laborales cobró en su primer empleo más de 1.200 euros, mientras que entre sus compañeras de promoción menos del 9% alcanzó este nivel de sueldo.

Los informes apuntan las carencias de idiomas que sufren los titulados. De todos los licenciados entre 2000 y 2004, sólo un 17% asegura tener un nivel alto de inglés, el 57% afirma que sus conocimientos son medios y un 25% confiesa que su dominio de esta lengua es básico.

Pedagogía Waldorf: breve intriducción

Existen múltiples formas de enseñar, educar, aprender,...según la pedagogía empleada. Con respecto a esto la Pedagogía Waldorf resulta de especial relevancia para todos aquellos que nos guste la metodología por descubrimiento.....por ello creí interesante que la conocieran.

El Centro de Formación de Pedagogía Waldorf organiza cursos en todos los niveles de enseñanza: Educación Infantil, primaria, secundaria y Bachillerato; Pedagogía de Apoyo Waldorf y Pedagogía Curativa (Educación Especial). También promueve otros cursos de formación artística y humana.

Rudolf Steiner, fundador de la Pedagogía Waldorf en el año 1919, en Stuttgart (Alemania) dio las bases de una metodología que emana de la libertad, de la iniciativa y de la creatividad del educador. Por eso, estos cursos quieren ser una aportación a la renovación continua de la educación.

Tiene su fundamento en la investigación cotidiana y en la comprensión del niño en evolución: del desarrollo físico, de las facultades psíquicas y de la individualidad. Educar a los niños exige por parte del adulto un trabajo personal profundo que le capacite para percibir los procesos madurativos de los alumnos y para captar los fenómenos de la naturaleza y los impulsos científicos, históricos y sociales de nuestros tiempos.
Para muchas personas es una vivencia crucial haber podido conocer la Pedagogía Waldorf. Aprecian la atmósfera de un centro educativo Waldorf, encuentran respuestas a preguntas personales y pedagógicas y llegan a conocer una forma íntegra y coherente en el trabajo con los niños. Profundizando en la Pedagogía Waldorf se llega a conocer un camino de desarrollo individual que nos lleva a un conocimiento más amplio de nosotros mismos.

Con la ayuda de docentes y maestros especializados elaboraremos las bases del estudio del ser humano y conoceremos la complejidad de los diferentes campos del desarrollo del niño. Además, entraremos en procesos artísticos personales y llegaremos a capacitarnos para organizar el trabajo pedagógico de la manera más adecuada para el niño.

Asignaturas: Antropología, psicología, motricidad, adquisición del habla, desarrollo cognitivo del niño, desarrollo emotivo del niño, los sentidos, educación musical, trabajos manuales, los cuentos, trabajo con arcilla, trabajo con madera, agricultura, pintura, observación del niño, las tareas domésticas, la importancia del juego libre, Antroposofía, autoeducación, prácticas en diferentes centros Waldorf.

Educación para la ciudadanía

J. A. GONZÁLEZ CASANOVA 02/05/2007. El País.

La asignatura Educación para la Ciudadanía pretende evitar que los actuales efectos negativos de una secular ausencia de cultura democrática en España se sigan perpetuando. La crispación como estrategia en la lucha por el poder es un tipo de violencia heredada de un siglo y medio de guerras civiles y hunde sus raíces en ocho siglos de guerras de religión contra musulmanes y judíos patrios, turcos y protestantes europeos, con todo el fanatismo, intolerancia y afán exterminador que acarrearon y que han marcado el inconsciente colectivo de un gran sector del país. Nuestro régimen anterior fue una larga dictadura represora, nacida de una guerra de exterminio de los demócratas, que educó a dos generaciones en un "espíritu nacional" sectario y dogmático, basado en los más rancios tópicos antiliberales y antidemocráticos y plagado de mentiras históricas. Tan mala educación era, a su vez, fruto de esa vieja mentalidad intolerante y de una supina ignorancia de la verdadera historia española, convertida en una perenne lucha entre el bien (las derechas) y el mal (las izquierdas).

Con esos antecedentes no extraña el bajísimo nivel de cultura política tras 30 años de democracia formal y el desconocimiento de su origen histórico. Abundan los ejemplos diarios: los índices de participación electoral; los no sabe, no contesta de las encuestas; la inopia de periodistas jóvenes en materias juridicopolíticas; los ni idea ante preguntas de historia en los concursos televisivos; el lenguaje insultante y soez de los blogs de la derecha; los pateos y broncas de ciertos parlamentarios bien conocidos. Los valores constitucionales de respeto a la libertad, al consenso y al pluralismo no son vividos por muchas personas. Según una encuesta oficial, el 40% no cree que la democracia sea el menos malo de los sistemas políticos. Es verdad que estos valores se aprenden mejor si los practican los políticos profesionales y los promueven los medios de comunicación. Pero la conducta de ambos no ha sido nada ejemplar (sobre todo por la derecha eterna) y el periodismo ha fallado por lo general en su misión educadora, movido ante todo por lo conflictivo, morboso y frívolo, que es lo que produce mayor venta entre un público superficial e ignaro.

La nueva asignatura no puede sustituir por ahora esa educación básica cuyos maestros han de ser los políticos y los periodistas, pero pone las bases de un futuro comportamiento cívico, democrático, patriótico de verdad, informado, responsable y participativo. Promueve el respeto y la ampliación de todos los derechos humanos y de toda minoría social; presenta el diálogo como única solución de los conflictos, la igualdad de géneros, la solidaridad sin fronteras, la paz en la justicia; combate la xenofobia y el racismo; describe objetivamente y ensalza la pluralidad política sin autoritarismos, así como la nacional, cultural y lingüística de los españoles; la laicidad del Estado y el valor de la religión, las reglas éticas entre partidos, el análisis científico de las ideologías y los deberes ecológicos; todo ello sin sectarismo ni dogmas doctrinales impuestos a los alumnos. Por eso es pura calumnia interesada alegar, como alega la jerarquía eclesiástica, que se trata de un totalitarismo moral contrario a la fe cristiana, al que incita a rebelarse por objeción de conciencia. Quien no dudó en bendecir el nacionalcatolicismo del catón franquista obligatorio protesta ahora por que se forme a la juventud en la tolerancia respetuosa. Si tal catón volviera, nada objetarían los partidarios de la antigua intolerancia. El propio presidente de la Conferencia Episcopal acaba de reconocer: "toda intervención directa de la Iglesia (en el campo del ordenamiento político y social) constituiría una injerencia indebida". Su ataque a la nueva asignatura es un ejemplo de predicar y no dar trigo, pues se justifica, entre otras sinrazones, por un supuesto atentado a la moral católica en el caso de la homosexualidad. Ahora bien, la condena de la homofobia es puro respeto cívico a la no discriminación. Respetar no es recomendar ni promover. Lo verdaderamente cristiano es esa ética de la pluralidad convivente en la igualdad, no la de condenar inquisitorialmente todo aquello que no coincide con ciertas opiniones, harto discutibles y sin fundamento, sobre la naturaleza humana.

La crispación política promovida por cierto partido cuenta conscientemente con el pobre nivel de cultura democrática y con la ignorancia de muchos ciudadanos. Sin esas carencias ancestrales su estrategia fracasaría, como fracasa en zonas del país (Cataluña entre ellas) con mayor educación cívica. Nuestra democracia peligra y el fantasma del caudillaje mesiánico sobre un pueblo agresivo pero servil, irracional e inculto, vuelve a rondarnos como si volviéramos atrás varios siglos o tan sólo 30 años. Mientras cobra sus frutos futuros la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, al haber formado a los más jóvenes en los ideales por los que siempre lucharon los demócratas de esta desventurada patria, hagamos todos lo posible por educar a nuestros conciudadanos con la palabra y, sobre todo, con el ejemplo.

J. A. González Casanova es catedrático de Derecho Constitucional de la UB.

El huracán PISA llega a la universidad

El próximo objetivo: una evaluación internacional de los conocimientos de los futuros licenciados

J. A. AUNIÓN - Madrid - 04/02/2008. El País.

Los conocimientos y habilidades de los futuros licenciados son el próximo objetivo de la OCDE. El Informe PISA, que cada tres años sacude la opinión pública de más de medio centenar de países al evaluar las habilidades de sus alumnos de 15 años en matemáticas, lectura y ciencias, desembarca en la universidad. España está dispuesta a participar en él. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está preparando una evaluación internacional para comparar las capacidades (qué saben hacer con los conocimientos adquiridos) de los universitarios que están a punto de terminar la carrera.

La idea es hacer una prueba escrita, "con respuestas extensas", no sólo tipo test, que midan "el pensamiento crítico y las capacidades de resolución de problemas necesarios para tener éxito académicamente y en el mundo laboral", además de las cuestiones concretas sobre el área de conocimiento que se esté estudiando, explican los documentos del proyecto y uno de sus responsables, Richard Yelland.

La evaluación tendrá que ser por áreas específicas, asegura Miguel Ángel Quintanilla, secretario de Estado de Universidades, ya que las carreras universitarias son muy distintas entre sí, a diferencia de lo que aprenden los chavales de 15 años en todo el mundo. Lo único que por el momento puede adelantar Yelland es que para este tipo de informe será necesario desarrollar "nuevos instrumentos de evaluación".

Hasta ahora, las comparaciones internacionales de universidades, las clasificaciones, se han basado en los resultados en el campo de la investigación (las publicaciones) o en medidas como la inversión, los medios, o el porcentaje de alumnos extranjeros que es capaz de atraer un campus. Ésta será la primera vez que se intente comparar la calidad de la enseñanza, es decir, lo que aprenden los alumnos durante la carrera. Si los resultados del estudio de viabilidad, que se harán entre este año y el próximo, son buenos, el PISA de universidades podría salir a la luz dentro de cinco años, explica Yelland.

La tarea se presenta complicada, por la heterogeneidad de las enseñanzas superiores y de las universidades de cada país, pero España ya se ha ofrecido para participar en ese estudio de viabilidad que se hará en cuatro, cinco o seis países, asegura Miguel Ángel Quintanilla, aunque la OCDE aún no ha decidido en cuáles. Ese estudio piloto dirá si "es posible" hacer la comparación que pretenden, asegura Yelland. El proyecto aún no se ha lanzado oficialmente, pero ya se ha presentado a los países de la OCDE (los más desarrollados del mundo).

Buena parte del éxito de esta empresa dependerá de la colaboración y el entusiasmo con el que las universidades reciban una evaluación internacional que, en el caso de los alumnos de 15 años, ha dejado a España en un lugar mediocre (el último, presentado en diciembre, marcó un enorme retroceso en la capacidad lectora de los alumnos) y ha provocado un auténtico terremoto en el sector educativo. De hecho, la agitación no sólo sacude España. "Reino Unido cae en picado en el ranking mundial de matemáticas y lectura", tituló el diario británico The Guardian. Muchos expertos se han quejado de que este informe se reduzca a una clasificación de países, incluido Andreas Schleicher, el responsable de PISA, que asegura que el mayor valor del estudio "es que nos muestra que hay soluciones incluso para los mayores retos educativos".

De este modo, un impacto similar, para bien y para mal, cabe esperar de un PISA de universidades. De esto son conscientes tanto los impulsores del proyecto como los países que lo están apoyando: Australia, Corea, Japón, México, Holanda, Noruega, España, Suecia y Estados Unidos. Así, los 19 estados que se reunieron en Tokio recientemente para tratar el proyecto dejaron claro que había que asegurar que el método que se utilice para la evaluación sea el mejor posible, pero que como el estudio piloto no puede reflejar todos los aspectos del aprendizaje, tendrá "que tener en cuenta el contexto histórico, lingüístico y cultural, y las diferencias existentes entre países del currículo, la duración de los estudios y las tasas de acceso" a la universidad.

Pero, a pesar de todas las prevenciones, "hay, en general, un gran interés en detectar las mejores prácticas", asegura Quintanilla, que asistió al encuentro en Japón. "Estoy seguro de que hay muchas universidades españolas dispuestas a participar", añade. Los países reunidos en Tokio también estuvieron de acuerdo en la necesidad de buscar las mejores herramientas para evaluar la calidad de las universidades, para "vincular los resultados" con "incentivos", incluidos "los fondos adicionales", dicen las conclusiones de la reunión.